Lanzo a la Federación Española de Baloncesto un guante casi imposible de rechazar.
Desde el curso de Nivel I deja de mirarse hacia abajo y se orientan los contenidos lectivos hacia los entrenadores que aspiran a ser profesionales o que en su horizonte está dirigir equipos junior o senior, con una carga táctica importante, incidencia en la dirección de partido, el scouting, etc, etc..
Señores pensantes del basquet patrio, ¿por qué no un curso, master, espacio académico-docente, -llámenle como mejor se venda- dedicado en exclusiva al minibasquet?
Aporto nomenclatura que seguro deleitará por su sonoridad marketiniana: CURSO NACIONAL DE ENTRENADOR DE MINIBASQUET.
Cuánto ennoblecería el arte de formar a los mas pequeños -y la labor de sus apasionados entrenadores- un reconocimiento explícito a este nivel.
Cuánto mejorarían los niños y niñas que llegan al baloncesto de pelota grande con una base específica y bien orientada en su etapa mini, con formadores especializados, que conocen, comprenden y se manejan con eficacia en las particularidades de ese universo de gente pequeña.
Hay materia de sobra, para teoría y para práctica, a saber...
Hay gente sobradamente preparada en este país para dar clases magistrales y sesiones prácticas de un nivel altísimo. Se me ocurren al vuelo Cristino Menor, Willy Ciuró, Carlos Maceiras, Toni Carrillo o Darío Méndez. Además maestros como los Profesores Mondoni o Cremonini serían el complemento perfecto para un evento de estas características, aportando el valor de décadas de trabajo serio y reflexivo dedicado al minibasquet.
¿Tendría quórum un curso de este tipo? Yo voy. Que levanten la mano los que se apuntan.
En mi club hacen baloncesto casi 230 niñas de las que mas de la mitad (mas-de-la-mi-tad) juegan en canasta pequeña. ¿Es entonces importante tener entrenadores formados específicamente en este ámbito? Lo es.
Quizás así dejemos de ver cada fin de semana bloqueos directos, niñas grandes permanentemente ancladas bajo el aro, defensas flotantes cuando no directamente en zona, entrenadores que explotan las habilidades de sus jugadores hasta el infinito sin empujar al niño a arriesgar en lo que menos dominan. Comportamientos poco adecuados antes, durante y después de la competición o las sesiones de entreno. ¿Desterraremos los entrenamientos de minibasquet aburridos, de filas inmóviles o basados en el 5c5 y el trabajo colectivo, sin prestar atención al desarrollo individual?
Es un comienzo.
Quizás por fin todos dejemos de pensar en la inmediatez del resultado hoy y ayudemos al niño a ser el mejor jugador que pueda ser mañana, sabiendo que el objetivo no es tener estrellas profesionales en el futuro sino deportistas bien entrenados, técnicamente solventes, que entienden el juego, ambiciosos, generosos en el esfuerzo y apasionados por el.
Lo demás lo decidirá, con suerte, el talento de cada uno.
Cuanto antes empecemos a construir mayor será el éxito formativo, si es a los 6 años, mejor que a los 9.
Desde el curso de Nivel I deja de mirarse hacia abajo y se orientan los contenidos lectivos hacia los entrenadores que aspiran a ser profesionales o que en su horizonte está dirigir equipos junior o senior, con una carga táctica importante, incidencia en la dirección de partido, el scouting, etc, etc..
Señores pensantes del basquet patrio, ¿por qué no un curso, master, espacio académico-docente, -llámenle como mejor se venda- dedicado en exclusiva al minibasquet?
Aporto nomenclatura que seguro deleitará por su sonoridad marketiniana: CURSO NACIONAL DE ENTRENADOR DE MINIBASQUET.
Cuánto ennoblecería el arte de formar a los mas pequeños -y la labor de sus apasionados entrenadores- un reconocimiento explícito a este nivel.
Cuánto mejorarían los niños y niñas que llegan al baloncesto de pelota grande con una base específica y bien orientada en su etapa mini, con formadores especializados, que conocen, comprenden y se manejan con eficacia en las particularidades de ese universo de gente pequeña.
Hay materia de sobra, para teoría y para práctica, a saber...
- Psicología infantil.
- Preparación física de base (orientada a la psicomotricidad, la percepción, el trabajo con casos y cuerpos especiales, el estiramiento, la higiene).
- Toneladas (to-ne-la-das) de técnica individual. Cómo, cuándo, de que manera. LOS DETALLES.
- METODOLOGÍA para la enseñanza secuenciada y evolutiva de los fundamentos técnicos principales: tiro, bote, pase.
- Principios de táctica individual adecuados y su evolución a la táctica colectiva en los espacios que ocupa el juego de minibasquet.
- Principios defensivos que un pequeño o una pequeña pueda asumir desde su capacidad física y de orientación espacial en edades tempranas.
- Planificación de contenidos, estructura de sesiones y su ejecución.
- Como manejar grupos heterogéneos (los que nos vamos a encontrar en un 99% de las ocasiones).
- Como comunicar (¡atención! padres a pie de pista durante las sesiones en el colegio).
- Como relacionarnos y como reaccionar ante los retos de comunicación que supone tratar con personalidades aún inmaduras y con grandes dosis de volubilidad. MOTIVAR.
- Relación con el entorno, padres, directores deportivos, etc..
- Reglas de juego específicas.
- (Ponga usted aquí su aportación a los contenidos del curso)
Hay gente sobradamente preparada en este país para dar clases magistrales y sesiones prácticas de un nivel altísimo. Se me ocurren al vuelo Cristino Menor, Willy Ciuró, Carlos Maceiras, Toni Carrillo o Darío Méndez. Además maestros como los Profesores Mondoni o Cremonini serían el complemento perfecto para un evento de estas características, aportando el valor de décadas de trabajo serio y reflexivo dedicado al minibasquet.
¿Tendría quórum un curso de este tipo? Yo voy. Que levanten la mano los que se apuntan.
En mi club hacen baloncesto casi 230 niñas de las que mas de la mitad (mas-de-la-mi-tad) juegan en canasta pequeña. ¿Es entonces importante tener entrenadores formados específicamente en este ámbito? Lo es.
Quizás así dejemos de ver cada fin de semana bloqueos directos, niñas grandes permanentemente ancladas bajo el aro, defensas flotantes cuando no directamente en zona, entrenadores que explotan las habilidades de sus jugadores hasta el infinito sin empujar al niño a arriesgar en lo que menos dominan. Comportamientos poco adecuados antes, durante y después de la competición o las sesiones de entreno. ¿Desterraremos los entrenamientos de minibasquet aburridos, de filas inmóviles o basados en el 5c5 y el trabajo colectivo, sin prestar atención al desarrollo individual?
Es un comienzo.
Quizás por fin todos dejemos de pensar en la inmediatez del resultado hoy y ayudemos al niño a ser el mejor jugador que pueda ser mañana, sabiendo que el objetivo no es tener estrellas profesionales en el futuro sino deportistas bien entrenados, técnicamente solventes, que entienden el juego, ambiciosos, generosos en el esfuerzo y apasionados por el.
Lo demás lo decidirá, con suerte, el talento de cada uno.
Cuanto antes empecemos a construir mayor será el éxito formativo, si es a los 6 años, mejor que a los 9.
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